¿No encuentras algo? Búscalo aquí

domingo, 25 de febrero de 2018

La virtud de Checchina Matilde Serao

En La virtud de Checchina nos encontramos a una mujer cansada de su matrimonio y con un pretendiente rico y guapo. Y ahora, antes de seguir con la reseña, os pregunto, con sólo esta información... ¿Qué creéis que hace? ¿Qué haríais vosotros en su lugar? Yo no recuerdo bien qué pensé, pero sí recuerdo haberme preparado un refrigerio porque la cosa pintaba de lo más interesante...

Checchina vive en la Roma del siglo XIX con su marido, Toto Primicerio, y con su criada, Susanna. El marido es un doctor bastante tacaño y un poco repulsivo, y Susana es una beata controladora, que mide cada uno de los movimientos que hace nuestra protagonista. Siendo estas las personas con las que más interactúa, no es de extrañar que tenga la necesidad de dar un poco de acción a su vida. La única persona que pone un poco de color a su existencia es su amiga Isolina, que no cuenta con muy buena reputación en el barrio, y que le cuenta todas sus aventuras extramaritales y los trucos que usa para conseguir dinero para sus caprichos y las quedadas con sus amantes.

Un día el doctor le dice a su mujer que ha invitado al marqués d'Aragona a comer a casa y desde ese momento ella estará nerviosa como un flan por no ser su casa y su aspecto, acorde a la visita. Aunque ciertamente, no estará ni la mitad de nerviosa que cuando el marqués se haya marchado.

Durante la comida, en un momento en que Toto Primicerio se despista, el marqués se acerca a Checchina y le propone un encuentro amoroso en su casa el viernes de cuatro a seis, a lo que ella acepta sin pensarlo demasiado. Desde ese momento Checchina pasará por muchos estados de ánimo. Buscará la manera de ir al encuentro y de cambiar algunas cosas de su vida, pero Susanna y su marido no se lo pondrán fácil.

En el transcurso de esos días Checchina vivirá en un tiovivo de emociones.

Por supuesto no os voy a desvelar el final de la historia, sino que os recomiendo que lo descubráis por vosotros mismos. Es una lectura muy corta y que se lee con bastante rapidez, tal vez porque es fácil empatizar con Checchina.

Y así, ya desde la mañana, se desvanecían su voluntad, su fuerza y su valor. En vano trataba de recuperar la audacia de las vigilias nocturnas.

7 comentarios:

Lesincele dijo...

Pues mira ni me atrae ni me disgusta, si la tuviera la leería seguro pero sin tenerla, me falta algo para ir a por ella
Un beso!

Rocío CazaEstrellas dijo...

Pues pese a tu reseña, esta vez no me convence mucho, no. Un besote!

Margari dijo...

Pues si se cruza, podría animarme, que no pinta nada mal.
Besotes!!!

Marisa G. dijo...

No lo sé. Creo que me apetece más tu bebida que esta lectura jejeje.. De todos modos, creo que, si paso por una librería, le echaré el ojo a las primeras páginas. La cubierta me ha encantado. Besos

Narayani dijo...

Ja, ja, ja, Marisa, la verdad es que mala no estaba ;-) El libro es bonito y la portada, preciosa.

Besos para las cuatro! Y gracias por los comentarios!

Shorby dijo...

Pues lo tendré en cuenta!
(me encantan esas jarras) =)

Besotes

Narayani dijo...

Y a mí ;-) Tengo varias y todas monísimas

Besos!